¿Quién puede garantizar esta bendición por tiempo indefinido?El Agua....

Escrito por: Omar López Vergara el 05 de Abril de 2010 5:15 am

Nunca he tenido sed por más de unos minutos. Estaba acostumbrado a que un simple giro en el grifo de la regadera despidiera un generoso chorro de agua. Mi gato bebe del agua fresca recién vertida en su colorido contenedor. Y puedo pagar las facturas de tal bienestar con unas cuantas monedas. Pero este cuadro idílico tuvo una fractura esclarecedora cuando, hace unos meses, el gobierno de la ciudad de México racionó de tajo el suministro. Entonces tuve que esperar pipas, acarrear agua y bañarme con una totuma. Después advirtieron que la escasez duraría más de lo previsto: se decía que para febrero de 2010 no tendríamos ni gota de agua. Cuando por fin llovió, las presas se reabastecieron, pero un río se desbordó y las casas de más de 2 000 familias se anegaron con aguas negras. La realidad llegó, como suele hacerlo, con un golpe violento y a destiempo. Era natural que incluyéramos en esta edición un reportaje sobre la compleja problemática del agua en la ciudad de México que, con sus idiosincrasias, se inscribe en el problema mundial de la escasez de agua dulce. La portada de este número sugiere un mundo sediento. Sigo sin tener sed, pero ¿quién puede garantizar esta bendición por tiempo indefinido?

Omar López Vergara es editor para América Latina de la revista National Geographic en español.

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